
Soy ésa a la que el espejo ya no mira de frente
Soy el pecado que asoma a través de mis costillas y mis tacones raspados
Soy la que camina descalza bajo el crujir de alfombras baratas
La que todos miran mojándose los labios
Pestañeando las formas en que han de verme de cerca
Diletante de cosas pasadas y huecas
Mientras aletean sobre mi cuerpo mil cuervos
Soy la perfección de la soledad pausada
De las deshoras, del ayuno y las madrugadas.
Soy la turbulencia que se calma cuando toca tierra antigua
Esa tierra de siempre que me aprisiona entre sus tumbas.
Soy el oropel que se compra en una esquina
El billete falso, el golpe seco
Soy la que tiene a todos
La que tiene nada
Cuando el cuarto está alumbrado.
1 comentario:
Saludos!!
Tus versos indican el origen de tu poesia.
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