jueves, 8 de noviembre de 2012





II


Poco a poco nos acercamos al final del día, al final del mes, al final del año; a nuestro propio final. A esta hora ya no existen tantas cosas que hasta hace rato sí. La noche calla algunas voces, el día a otras, en una siniestra repartición de tareas.  Y no todos los pájaros que canturreaban por la mañana podrán hacerlo otra vez…

Cuántos árboles dejaron de ser árboles hoy. Cuántas sillas usadas fueron destruidas en el mundo. Cuántos vasos rotos. Cuántas cartas quemadas. Cuántos te quiero borrados del email. Somos parte de las cosas y como las cosas hemos de ser destruidos por la implacable rueda del destino. Hoy me alcanza la energía para apretar las teclas, a otros ya ni eso…

No hay comentarios.: